"Los hijos son como viajes al interior de una misma en los cuales el cuerpo, la mente y el alma cambian de dirección, se vuelven hacia el centro mismo de la existencia"
Isabel Allende



7.11.08

Que hacer cuándo los niños son tercos

¡¡Te queremos como eres David, queremos decirte que nos sentimos muy orgullosos de tí por cada nuevo logro que consigues de cada alegria que nos regalas!! En esta etapa los adultos podemos llegar a sentimos muchas veces frustrados y desconcertados porque los niños no se comportan como nosotros quisieramos ó nos gustaría que lo hicieran, pero no comprendemos que estan desarrollando su personalidad, su autonomia, y estan formando su carácter su "Yo", ellos estan ansiosos por descubrir más y más cosas nuevas cada día, no tienen conciencia de los limites, las leglas, ni de las consecuencias que pueden generar sus actos. Por ellos debemos ponernos en su lugar, tratar de entender y atender sus necesidades para que puedan explorar y desarrollar todas las habilidades y capacidades, siempre y cuando no pongan en peligro su integridad y bienestar, aunque los padres no podemos ceder, aunque a ellos la mayoria de las veces no les guste, siempre debemos recordar actuar con mucho cariño y firmeza.



Encontré este valioso articulo y quiero compartirlo con todos ustedes:

Cualquier padre con un hijo de dos años sabe que los niños se obstinan en conseguir lo que quieren hasta que, o bien damos el brazo a torcer, o bien no cedemos y montan en cólera. Lo primero que hay que hacer es no olvidar que es normal que sean así de tercos. Y es que a esta edad, los niños están aprendiendo a pensar por sí mismos. ¡La obstinación tiene su lado positivo!Debemos entender su rebeldía y terquedad como signos positivos y ser comprensivos. Si un niño de esta edad no diera ninguna señal de oposición o cabezonería, si se conformara con todo, estaríamos ante un niño que tiene un gran temor a exponer sus deseos y su mundo interior.

¿Qué podemos hacer? Tendremos que arreglárnoslas para permitir que nuestro hijo exprese sus deseos, su ritmo, su vitalidad y su desacuerdo sin ahogar su personalidad, pero sin dejarle exento de referencias y a merced de sus locos impulsos. Estas son algunas ideas para lograrlo.

Saber ceder a veces hay que ceder. Y no hay que tener miedo, porque precisamente los peores padres son los que prohíben y fuerzan constantemente. El auténtico reto está en saber poner pocos límites pero totalmente eficaces. Si escogemos unas pocas normas básicas y las mantenemos en el tiempo con firmeza y cariño, podremos darnos el lujo de relajarnos cuando nuestro hijo quiera abrocharse él solo los botones de la camisa o decidir qué quiere comer hoy.

Explicar y explicar: Los niños quieren y necesitan saber por qué no pueden hacer aquello que les da la gana y qué esperan sus papás de ellos. No vale de nada prohibir sin explicar.

Prevenir: Si sabemos que tenemos la discusión asegurada cada vez que pasamos por esa juguetería de camino al parque, la mejor opción es cambiar de ruta.

Ofrecer alternativas es otra buena técnica: Quitar de su vista las «tentaciones» también lo hará todo más llevadero.

Negociar: La mejor manera de evitar que acabemos en un berrinche es la persuasión. A veces funciona, aunque cueste creerlo. Se trata de reconducir su terquedad por caminos un poco más llevaderos para todos.

Aprovechar la situación: En determinadas circunstancias, más que eliminar su cabezonería, lo que nos conviene es potenciarla. Por ejemplo, muchos se obstinan en proteger a capa y espada al nuevo hermanito así que podemos estar encantados de tener un «guardián» tan eficaz y responsable.

No te asustes si...

  • Dice que no constantemente y a todo.
  • Hace lo contrario de lo que le pedimos y lo sigue haciendo durante varias semanas.
  • Nos rechaza y pide irse con alguien que sea algo más permisivo con sus terquedades.
  • Se esconde para estar a solas y conseguir lo que quiere.
  • Se coge berrinches autodestructivos.
  • Llora por todo: al entrar al baño, al salir del baño, al ponerle el pijama...

Por: Violeta Alcocer
Psicóloga.

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2 comentarios:

Verena Biermeyer dijo...

Gracias por compartir ese artículo, me resulta interesante la información y punto de vista. Me gustaría agregar que la terquedad también es un mecanismo de defensa desarrollado por el niño para aferrarse a su opinión. Aquí está el enlace al artículo. Saludos :)
Lidiar con niños tercos

Martha dijo...

Hola Verena, felicidades por tú espacio, me ha encanta!!!
Sigo leyéndote y mil gracias por el link está super interesante yo también comparto contigo lo que dices, y como lo expresas está muy bien enfocado.

Espero que sigamos en contácto.

Un abrazo