"Los hijos son como viajes al interior de una misma en los cuales el cuerpo, la mente y el alma cambian de dirección, se vuelven hacia el centro mismo de la existencia"
Isabel Allende



6.9.08

"La frustración innecesaria en la infancia."

Hoy tuvimos cita con el Pediatra de nuestro hijo y nos dijo muchas cosas absurdas para nosotros, aunque realmente el motivo de la cita era otro, para el estas fueron algunas de sus recomendaciones: "No deben cogerlo en brazos, No deben consentirlo" etc... Dijo que David ya es un niño grande y que debe ser tratado así, nosotros no podiamos decir nada, no se porque no fui capaz de defender la Crianza con Amor, con Respeto y con Empatía....y me sentí muy triste por ello, por no levantarme de esa silla y decirle lo equivocado que él estaba, que los niños necesitan alguien en quien puedan confiar, que los ame, que los entienda, que los escuche y que los proteja....¡¡Quien mejor que sus padres!! y que no compartimos sus "recomendaciones" e ideas.... Cabe aclarar que no es la única vez que nos sucede, y que hemos cambiado de pediatra como cinco veces..... Aún no logro entender como podia decirme eso siendo él un Pediatra, yo me pregunto ¿Entonces que podemos esperar? Por ello quiero compartir este maravilloso articulo con todos mis lectores:


Vivimos en una Sociedad, donde desde la más tierna infancia, se nos enseña a soportar la frustración. Existe la creencia generalizada, de que si no hay frustración marcada por los adultos, los bebés y los niños-as, no logran tener ningún límite a su demanda (“perversos polimorfos”) y como consecuencia, devienen en sujetos anti-sociales y no adaptados.
Hemos aceptado, que la vida es dura y cruel. Y nuestros hijos deben prepararse para afrontarla cuanto antes. Es por ésto, que desde que son bebés, recibimos consejos permanentes sobre cómo evitar que nuestros hijos se malcrien: "No lo cojas en brazos" "No atiendas a su llanto, que primero te piden la mano y luego te toman el brazo". "No transijas, pues se subirán a las barbas".
Tantos y tantos tópicos, con el único objetivo de que esos bebés, ávidos de contacto epidérmico, de mirada amorosa, de empatía profunda, vayan aprendiendo a través de la frialdad, a ser "Duros", que no fuertes. Poco a poco, la sociedad nos transmite que debemos acorazarnos. Con una coraza rígida e insensible ante el dolor de los otros "porque la vida es así". Poco a poco, nos distanciamos de nuestro instinto protector, y de nuestro sentido común, para ser máquinas que responden al sistema, con sumisión. Aceptamos las normas, aunque sean irracionales, y formamos parte del engranaje.
¿Qué hemos olvidado?
¿Qué confundimos cuando hablamos de límites, educación, autoridad, frustración...?.
Olvidamos que ese bebé y ese niño, tiene una innata capacidad, para SENTIR mejor que nosotros-as cuáles son sus necesidades más imperiosas. Olvidamos que, siguiendo a manuales o recomendaciones que dinamitan el sentido común (el más escaso de los sentidos), violentamos el proceso natural de autonomía y auto-estima, que se forma tan sólo desde el respeto a sus necesidades básicas. Tan sólo una respuesta sensible y empática a sus necesidades primarias, garantiza un desarrollo psicoafectivo saludable. JAMAS, debemos de frustrar las necesidades afectivas.
¿A quién le ha hecho daño un abrazo, una mirada cálida o una presencia en los momentos de mayor necesidad? ¿A quién le hace daño el amor?
Confundimos la frustración de necesidades culturales, con la frustración de las necesidades afectivas. La única frustración saludable, es la que frena el sinsentido del consumismo. Consumismo de la Tv. no constructiva. De los dulces excesivos. Sabemos que comprar y comprar, tapona en pequeños y mayores, grandes lagunas y ausencias afectivas. Y la sociedad no limita, sino fomenta estas necesidades vacías. Estas y no las otras, son las necesidades secundarias o culturales que debemos aprender con inteligencia y amor, a limitar.
Muchos pediatras, autores, vecinos, cuestionan la lactancia natural prolongada. Y la justifican desde psicologizaciones y teorizacíones, sin ningún fundamento. Sin ningún seguimiento práctico y directo de bebés, que de forma sólida, permita realizar dichas afirmaciones. Y en los casos que se acompañan de observación, lo observado responde generalmente a lo "normal" y estadístico para la sociedad actual , ignorando y desconociendo lo que pudiera ser "lo sano". Intentan imponer con sus criterios, lo que hace la mayoría, sin cuestionar, si esos criterios generan felicidad o infelicidad, salud o normalidad.
Frustrar la necesidad del pecho a demanda y la necesidad de la lactancia prolongada (en los casos que así se decida, o en su defecto un biberón dado con contacto y amor) , es negarnos una experiencia esencial en la vida: Porque, conocer el placer y el amor, es la mejor prevención de trastornos psicosomáticos posteriores. Permitir que el bebé, explore cuáles son sus necesidades y que el medio se las posibilite, es lo que crea confianza y seguridad en la vida.
Es lo que posibilita el vínculo. El apego seguro Los padres, y el profesorado están a veces muy desorientados con tanto bombardeo informativo y contradictorio Es por ello muy importante, desarrollar la capacidad de empatizar con nuestros bebés ya desde el embarazo, para que el continuum de relación, ese " hilo mágico" como me gusta llamarlo y que algunos padres y madres percibimos desde el nacimiento hasta la autonomía de nuestros hijos, sea el mejor antídoto ante tantas influencias nefastas en el desarrollo saludable de la primera infancia.-Ese "hilo mágico", se llama VINCULO, y su base es la confianza, la seguridad y sobre todo el AMOR, del bueno.

Yolanda González
Con Autorización para publicar sus articulos en Beso de Amor
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1 comentario:

Jose y Cali dijo...

Martha, aún no logro entender porque los padres se empeñan en dar consejos sobre educación... si ellos lo que han estudiado es medicina!!! Quien los ha capacitado para decir cuanto debemos o no mimar a nuestros hijos? Eso es algo que debe quedar reservado al ambito privado de cada familia!! Es que no lo entiendo. Es como si mi ginecologo me dijera como debo hacer el amor con mi marido, o como si mi medico clinico me dijera cuantas veces al día me está permitido decirle te amo o darle un beso o un abrazo... no sería ridiculo? Y porque, entonces, tantos padres aceptan de los pediatras consejos que no aceptarían de un medico para adultos?? No logro comprenderlo... es que este mundo, simplemente, está un poco loco...