"Los hijos son como viajes al interior de una misma en los cuales el cuerpo, la mente y el alma cambian de dirección, se vuelven hacia el centro mismo de la existencia"
Isabel Allende



13.7.08

Carta de un hijo a todos los padres del mundo


No me des todo lo que pido.
A veces, sólo pido para ver hasta cuanto puedo coger.

No me grites. Te respeto menos cuando lo haces
y me enseñas a gritar a mí también.
Y yo no quiero hacerlo.

No me des siempre órdenes.
Si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas,
yo las haría más rápido y con más gusto.

Cumple las promesas, buenas o malas.
Si me prometes un premio, dármelo;
pero también si es un castigo.

No me compares con nadie,
especialmente con mi hermano o mi hermana.
Si me haces parecer mejor que los demás,
alguien va a sufrir,
y si me haces parecer peor que los demás,
seré yo quien sufra.

No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer.
Decide y manten esa decisión.
Dejarme valerme por mí mismo.
Si haces todo por mí, yo nunca podré aprender.


No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti,
aunque sea para sacarte de un apuro.
Me haces sentir mal y perder la fé en lo que me dices.


Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el porqué lo hice.
A veces ni yo mismo lo sé.


Cuando estes equivocados en algo,
admitelo y crecerá la opinión que yo tengo de ti,
así me enseñas a admitir mis equivocaciones también.


Tratarme con la misma amabilidad
y cordialidad con que tratas a tus amigos.
Porque seamos familia no quiere decir que
no podamos ser amigos también.

No me digas que haga una cosa que tú no haces.
Yo aprenderé y haré siempre lo que tú haces, aunque no lo digas.
Pero nunca haré lo que tu dices que hay que hacer y no lo haces.


Cuando te cuento un problema mío,
no me digas "no tengo tiempo para bobadas",
o "eso no tiene importancia".
Trata de comprenderme y ayudarme.


Quiereme y Dimelo.
A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.



J.J. BRUNET

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