Encontre este excelente articulo y me parecio bueno compartirlo con todos nuestros lectores, espero les sirva mucho, y puedan aplicar estos principios a su vida diaria, se que es un poco largo peeeero creo que vale la pena...
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Enunciamos las grandes ideas que sirven de guía a los padres en la maravillosa tarea de educar a sus hijos. Pero vale hacer una advertencia: de nada servirá poner en práctica todos estos consejos si no hay una base de amor y comprensión. Estos 10 pilares necesitan un buen cimiento: un hogar donde haya alegría, respeto y comunicación. Padres que estén disponibles física y mentalmente para sus hijos; padres que al llegar a la casa dejen a un lado su cansancio y preocupaciones, que sepan mirar el interior de sus hijos, que sean capaces de sonreír y disfrutar de estar en familia
Primer Principio
Si quieres cosechar, siembra a tiempo
Al nacer, nuestros hijos son como una pequeña semilla llena de futuras promesas. Podrán ser como un gran árbol frondoso, de sólidas raíces y sabrosos frutos. Pero también, pueden crecer torcidos, ser muy vulnerables a los azotes del viento y las pestes y en definitiva no dar nunca los frutos que de ellos se esperaban.Con la exitosa fórmula de cariño y exigencia, los padres debemos educarlos en la gran riqueza de las virtudes humanas desde el primer instante de sus vidas. Esperar a la hora de la razón es llegar, definitivamente, tarde.
Segundo Principio
Educa en vista al ser humano que quieres formar
Los padres pueden verse atrapados por la inmediatez del diario vivir, sin haber reflexionado en torno al ser humano que quieren formar.
Fórmula negativa
Hay familias en que se arma gran escándalo porque se rompió un jarrón, pero no cuando se desobedece o grita a la nana. Hay papás que tienen tiempo para abnegadamente llevar y traer de dentistas y fiestas, pero nunca se han dado el tiempo -o el valor- para conversar sobre la mala influencia de un ambiente. Hay padres que con esfuerzo y sacrificio mantienen una despensa abundante para que no falte nada (léase también mantener un máximo nivel de panoramas, ropa, auto, etc.) pero que no han pensado en cómo educar a ese hijo para el trabajo y en virtudes aparejadas a él como el esfuerzo, la sobriedad, la solidaridad, el servicio, la generosidad. Tienen, aunque suene duro, un pobre proyecto del hijo que se está educando: se pierden en mil detalles y descuidan lo grande.
Fórmula positiva
La forma de enfrentar temas como permisos, castigos, conversaciones, estudios... es muy distinta cuando se tiene claro el proyecto de ser humano que se quiere formar. Se premiará el esfuerzo de un hijo y no la nota; se corregirá la falta de respeto con la hermana y no el haber llegado media hora tarde del colegio por un imprevisto; se conversará del futuro profesional según lo que éste lo enriquecerá como persona más que cómo le enriquecerá el bolsillo; se analizará cuánto beneficia a un hijo un panorama, más que permitirlo o no según criterios como “no salió ayer” o “ha subido sus notas”.
Tercer Principio
El ejemplo y la unidad de criterio son claves: Educar es educarse.
Exigir a los hijos es primero autoexigencia. El buen ejemplo es contagioso, arrastra.La unidad de criterio entre el padre y la madre es lo que da seguridad a los hijos, En la práctica esto significa que los padres pueden tener distintas opiniones sobre cómo ayudar a un hijo o enfrentar un problema, pero una vez que se han puesto de acuerdo en ese "cómo", ambos actúan unidos. No hay un cónyuge cómplice de un hijo en oposición al otro; el hijo no puede ponerse en medio de los padres con la debilidad del otro.
Idea clave
Los padres deben educar con “intencionalidad educativa", que se concreta en darse el tiempo para conocer a cada hijo, para conversar marido y mujer a solas y sin prisa sobre cada uno de ellos. De este modo es posible fijarse objetivos a corto plazo -pequeños, concretos- y a largo plazo -que se refieren al bien ser de ese hijo. Sólo así los padres evitarán reducir la acción educativa a la crianza, la nutrición y la información, omitiendo la parte más importante: hacer de ese hijo un hombre pleno, maduro, responsable.
Cuarto Principio
Educa a los hijos individualmente, no en grupo
Justicia es dar a cada uno lo que le corresponde: en el caso de los hijos hay que dar a cada cual diferentes tiempos, reglas, tratos, según sus necesidades, carácter, sexo, edad, ubicación dentro de la familia, etcétera.Sólo así se buscará el bien de cada uno, ayudándole en su proceso personalísimo de mejora, de modo que luche por superar sus debilidades y reforzar sus características positivas.Sea por comodidad -educar a todos como un todo- o por un errado concepto de justicia -trato igualitario- se caen en serias injusticias que en nada apuntan a ese ser mejor que todo padre desea y busca para sí y para cada uno de sus hijos.
Quinto Principio
La conciencia moral es lo que los hace libres
Los padres no están educando integralmente a su hijo si sólo se ocupan de su aspecto cognitivo, emocional, afectivo, sexual... La conciencia moral es la que dirige hacia el bien todas aquellas áreas. Porque con su luz ilumina a la inteligencia y le da a conocer qué es el bien en determinado lugar y momento. Si se quiere educar en la libertad, hacer del hijo un hombre recto, hay que formar su conciencia desde que tiene uso de razón.
Sexto Principio
Los padres somos los primeros educadores
En una conferencia en Chile el famoso educador David Isaacs señaló que los padres somos los primeros educadores de nuestros hijos y también sus principales abogados. Esto en miras al deber de defender sus derechos. El mayor beneficiado por la unidad entre el colegio y la familia es el hijo. Esto no significa que, en casos puntuales, los padres no deban hacer valer sus derechos como padres o defender al hijo en determinadas circunstancias.
Séptimo Principio
Educa para el mundo real
Estas son las actitudes que encierran al hijo en una burbuja y lo dejan frágil y desprotegido para vivir en el mundo que le ha tocado: Padres que viven lamentándose del mundo de hoy -todo está podrido, el futuro es negro- y añorando tiempos pasados. Padres que para que el ambiente exterior no contamine a los hijos, los sobreprotegen.
Octavo Principio
El amor es inteligente cuando conoce y pone límites
“Sólo para aquellas personas que no nos importan mayormente, exigimos felicidad a cualquier precio. Con nuestros amigos, con las personas que amamos, con nuestros niños, somos exigentes y preferimos verlos sufrir mucho antes que verlos felices de un modo despreciable y enajenado”, C.S. Lewis.
Los padres que quieren a sus hijos con “amor inteligente” establecen ciertas normas en familia.
Noveno Principio
Confía siempre en ellos y en su capacidad de reacción.
Cuando el hijo está en el peak de su adolescencia, cuando parece que todo lo que se ha sembrado no sólo no da fruto, sino parece que agoniza, ¡calma!En lugar de catalogarlo como un flojo perdido, un irresponsable rematado, un egoísta sin vuelta... demuéstrale que el cariño de sus padres es a prueba de adolescentes.
Un hijo al que se le ponen etiquetas negativas llega a pensar que no tiene futuro; el que siente que ya no se confía en él, pierde toda la seguridad en sí mismo.Exige en pocas cosas, pero en las importantes.
No des peleas inútiles y haz de tu hogar un lugar seguro con el que cuente en medio del temporal. Paciencia, paciencia, paciencia. Busca y reconoce en él las cualidades que tiene. ¡Todos tienen! Incentívalas. Confía. No pierdas la esperanza. Ya verás: pronto saldrá a la luz el hombre y la mujer que hay en su interior. Habrá madurado.
Décimo Principio
Pon metas altas a tus hijos
El ser humano vale por lo que es, no por lo que tiene. Lamentablemente hoy se aspira más a “tener” que a “ser”.Hay que enseñar a los hijos que el fin de esta vida no es pasar por ella “lo mejor posible”. Los grandes valores e ideales se respiran en el hogar, se inculcan dando ejemplo.
Esto supone autoexigencia. ¿Cuáles son los temas dominantes de la familia? ¿Sólo se habla de plata, de cosas y panoramas? ¿Hay una preocupación real por los más necesitados? ¿Se eligen las carreras por su rentabilidad o prestigio o por la contribución personal que desde ahí se puede hacer al mundo?
No rebajes los ideales de tu hijo
Hay que huir del cinismo existencial que se traduce en posturas como: Sería maravilloso que todos fueran fieles... pero en la práctica es imposible. Los tiempos han cambiado... prefiero que mis hijos se “cuiden”, pero que no me traigan guaguitas sorpresa. No tengas muchos hijos... la vida es muy dura. Sé práctico: al escoger tu profesión piensa que tienes que vivir de ella.
No lo aplastes con el miedo
Si los papás suspiran añorando tiempos pasados, si todo el presente es un desastre y el futuro se ve negro como la noche oscura, tu hijo crecerá lleno de temores y será incapaz de emprender pequeñas o grandes iniciativas en favor de otros. Sé optimista y muéstrale cómo con muchos pequeños esfuerzos se logran grandes cosas.
Reacciona
En tus hijos debe quedar grabada una idea clave: que hay mucho que hacer y se puede hacer mucho. Para que tu hijo pueda mirar alto y ser capaz de decir con convicción: “Yo puedo hacer algo. Mi contribución ¡vale!”
Revista Nro.111 Por Josefina Lecaros S.
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4 comentarios:
Como siempre Martha super buen articulo , y como siempre lo imprimo , tengo una carpeta que siempre leo , para no olvidar.
abrazos!
Hola!!
Tan linda!!! Me alegra mucho que sin importar las distancias, buscamos lo mismo!!!! Yo tambien lo tenía en mis favoritos jejeje solo me falta imprimirlo!
Te dejo un abrazote!!!
Hola Martha:
Muy acertado tu articulo.
Un abrazo!!!
http://psicomamaprofe.blogspot.com/
Hola!!!
Viviana, si esun articulo que nos invita a reflexionar y rectificar ó ratificar lo que estamos haciendo en casa!!
Te dejo un abrazo gigante!!
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