Los niños necesitan Amor Incondicional, sin prejuicios, sin recervas por ello debemos estar dispuestos para ellos, para ayudarlos, para guiarlos y así puedan desarrollarse como personas, sin necesidad de manipularlos y sin necesidad de tener que comprar un regalo costoso para justificar las ausencias, dejar de prometer cosas que sabemos que no se pueden cumplir, dejar las excusas de lado, dejar de mentirle a tú pequeño porque aunque no lo creas los niños son más listos que nosotros...
Es importante que los padres que trabajan fuera muchas horas logren inventar y descubrir nuevas alternativas, que les permitan poder compartir momentos con sus hijos, ya que la infancia es una sola no volverá...
Porque nuestros hijos nos necesitan es una realidad que no podemos ocultar, necesitan atención, cuidados, juegos, besos, abrazos, mimos, caricias y mil cosas más, no solo regalos... Muchas veces sobran las palabras aveces basta con una sonrisa, un beso, un abrazo, un te amo, una mirada... son gestos y actos suficientes para decir lo que con palabras no podemos expresar... En este sentido los niños se sienten valorados, sienten que nos interesa lo que tienen para decir y aprenden que sus sentimientos son lo más importante para nosotros, también así ellos respetaran los sentimientos de los demás!!
Les comparto está reflexión:
Nuestro hijo necesita que lo valoremos, no por sus méritos y comportamientos , sino por el sencillo hecho de existir. Una manera de demostrárselo es dedicándole atención individualizada e intensa, es decir, estar pendiente de él con los 5 sentidos, por respeto. Es una manera de decirle "me interesas", "estar contigo es importante para mí!"
A los adultos, la falta de tiempo nos estresa... Siempre tenemos listas de gestiones pendientes, escritas en un hoja o en la cabeza, y cuando intentamos ponernos al lado de nuestros hijos, comenzamos a organizar la cena, el regalo a comprar para el próximo aniversario , la llamada a hacer, etc. Nuestra compleja vida a veces conspira en contra de los encuentros humanos "estar en todo" nos impide "estar por completo".
Hacemos muchas cosas por nuestros hijos, pero
¿sabemos estar a su lado sin dirigir sus acciones?
¿Dejamos tiempo para abrirnos totalmente a los breves momentos en que se acerca a nosotros con un sentimiento o con un pensamiento? O solo lo hacemos cuando queremos corregir una mala conducta?
Nuestra hija, nuestro hijo, es extremadamente sensible al grado de atención concentrada que recibe; lo más grave en toda relación es la indiferencia. Cuando los niños sienten periódicamente nuestra presencia sincera, toleran mejor los momentos en que no podemos estar pendientes de ellos.
Cuando un niño afronta tensiones (un recién nacido en casa, el comienzo del curso escolar) es importante establecer citas explícitas con las que él o ella sepa que puede contar “ esta tarde iremos a pasear, tú y yo solos” (y mejor si se busca conjuntamente una hora concreta) o “después de la cena nos contaremos lo que hemos hecho durante el día”.
Lo que ya podemos comenzar a hacer, desde ahora mismo, es aprender a concentrarnos con nuestros hijos: sientate a su lado (si tiene el culete en el suelo, tu también!) y préstale una atención completa, individual y no directiva durante media hora seguida, por ejemplo, sin interferir en lo que hace y dejar que sea él o ella quien tenga la iniciativa. ¿Resulta fácil o dificil? Sería interesante reflexionarlo y compartirlo con alguien. Si nos aburren los juegos infantiles, los cuentos, las canciones... podemos observar sus ojos, la nariz, las manos o lo que sea, con la condición de que estemos concentrados. Sólo después surgirá la magia.
Por: Catalina Mas Llull
Pedagoga y madre de tres hijos. Ha sido una de las fundadoras de la Asociación Neixer i Creixer de Mallorca. Actualmente forma parte del consejo de redacción de la revista VIURE EN FAMÍLIA y coordina talleres para padres en diferentes Municipios de la Isla Mallorca.
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